Alguien aseguró que a la vida no se la puede explicar desde la Biología, desde la Antropología o desde la Teología, y sí se la puede entender como “un fenómeno moral” porque todos los días y al final de nuestras existencias nos preguntaremos si hicimos bien o mal. En consonancia con ello, el gran Dostoievsky sostenía que “pese a la complejidad que pueden llegar a tener las apariencias –decía el genial escritor ruso-, en el fondo de cada alma siempre están en puja Cristo y el Demonio”.
¿A qué viene esto? A que afortunadamente y por primera vez en la vida nacional las elecciones pueden resolverse a través de la moral.
Porque el caso José Luis Espert y sus posibles vinculaciones con un narco podría determinar el resultado de los próximos comicios. El país no puede salir del estremecimiento que produjo el homicidio de tres jóvenes de apenas 15 a 20 años, previamente torturadas de la manera más cruel posible, inocentes e imprudentes por falta de madurez, de educación y con el agravante de sus condiciones económicas que las podrían haber conducido a la desesperación de tratar de salvarse mágicamente, sea por el contexto en el que se criaron o por la falta de trabajo por culpa de gobiernos que no supieron o no les importó crearlo.
El economista y candidato de la Libertad Avanza (quien venía teniendo varios episodios grotescos de campaña) ahora le surgió una acusación que lo colocaría a él y a su espacio al borde del abismo. No se sabe si la denuncia, que lo compromete duramente con la moral, puede ser el factor determinante o alimentaría éticamente la motivación económica que tendría la gente a la hora de emitir su voto. Es decir, el caso por el que se lo acusa, el haber recibido una transferencia por 200 mil dólares de un narco estadounidense no determina pero suma. Y le confiere al comicio el dilema moral para el votante a la hora de votar o no a un espacio o candidato. Y eso es saludable, que de una buena vez los argentinos voten empujados por un factor ético y no otro. Aunque votar en contra del ajuste o la desigualdad también también es posicionarse frente a un dilema moral.
Espert fue desafiado a responder claramente si él había cobrado o no los 200 mil dólares y nada más que eso. Simplemente debía responder eso y sin vueltas, pero el economista gambeteó varias veces la pregunta e intentó contrarrestarla con enojos o berrinches, propios de las incomodidades y la desesperación de ver cómo huir de la encrucijada. Solo se pretendía que fuera claro y transparente, pero él no pareció entender la demanda periodística y de la misma gente. Y justo dentro de un contexto sumamente tenebroso y estremecedor, el del triple homicidio narco en Florencio Varela ¿Por ignorancia, por desinterés o insensibilidad? No se sabe el porqué el economista y candidato de LLA creyó que salía de ese entripado mediante la elusión, la negativa vacua o la acusación a su denunciante. Aunque de última, y cuando ya no podía contra las presiones de Patricia Bullrich y Guillermo Francos, acabó por argumentar algo.
Dijo que la transferencia venía en calidad de pago por servicios privados con una empresa del narco ¿Se puede creer esto? Al mismo tiempo y en medio de este barrial, el diputado y candidato ensayó algunas explicaciones contradictorias entre sí con lo cual en vez de aclarar el caso acabó por oscurecerlo. En fin, un indicio revelador de lo que se ha dado en llamar el “anarco-capitalismo”.
Seguramente, todo ello les será facturado políticamente fundamentalmente a quienes lo acompañan entre ellos, el mismo Milei quien salió rápidamente a defenderlo. Es posible que no tuviese otra alternativa que hacerlo así y creer que la denuncia se diluiría por acción del tiempo y de la política, dos factores que al gobierno le juegan hoy en contra.
¿Pensaron todos ellos en las consecuencias que tendrían estos actos en sus futuros políticos o se jugaron pensando que el caso podría pasar como tantas cosas se diluyeron y se olvidaron en el país? Los comicios del 26 de octubre serán indudablemente una especie de referencia de la moral argentina.
En los últimos días se habló mucho del tema de su candidatura y si darle o no de baja, algo que sería impensable por el costo de reimpresión de las boletas. Por ahora, para las posibilidades libertarias el caso Espert es una carga demasiado pesada y representa, al menos por hoy, algo irremontable.
A lo que llegamos
En tanto, la relación con Trump parece venir muy pesada para los argentinos puesto que una de las exigencias sería crear una base extra de la Otan en Ushuaia, privilegios para las empresas estadounidenses en las licitaciones argentinas, abrirse de China, una ley de patentes y el levantamiento definitivo del cepo cambiario, entre otras cosas. Solo faltaría el tema sexual en esta relación carnal que le exige los Estados Unidos al Presidente. Pero no falta casi nada para graficar lo que ya es una definición de colonialismo o dependencia. Ya por el hecho de animarse a esas exigencias implica que quien lo hace se siente un dueño de nuestros destinos y está convencido de que no tenemos ni derecho ni capacidad para rechazar semejante osadía. La humillación comienza allí, en la concepción que Trump tiene de la Argentina y la que le suscita el Gobierno. Las exigencias son meras formulaciones esperables de un poderoso que solo ve enfrente gestos de sometimiento.
La debilidad del plan
Sobre la búsqueda desesperada del Gobierno de un respaldo de Trump para poder gambetear la crisis económico-financiera, el politólogo Andrés Malamud consideró que buscarlo a Trump como el superhéroe que los salvará de la crisis económica y política actual “no es eficaz y revela la debilidad del programa económico”, tras lo cual afirmó que la gente no vota este tipo de gestos sino que lo hace por cuestiones “más pragmáticas y o miran otra cosa que la inflación y si hay o no crecimiento” y negó que exista un préstamo como el que prometió Trump y luego condicionó al resultado electoral del Gobierno, es decir si Milei gana o no.
Ahora, y luego de someterlo a un ostensible destrato, Milei busca la ayuda de otro superhéroe como el presidente norteamericano, el ex presidente Mauricio Macri, quien cometió un primer error, el de cuestionar la función de Karina Milei. El Presidente reaccionó desde la genética, como familiar, y no desde la cabeza, como un político. Macri se dio cuenta que con ello no se podía y facilitó un segundo encuentro con el presi. Veremos cómo sigue esta serie de Netflix y si esta relación se manifiesta además en los microcosmos de los órganos legislativos distritales. Algo de eso hay en algunos Concejos Deliberantes de la Séptima Sección Electoral.
Malamud considera que el gobierno de Milei se parece bastante al de Menem, pero a Milei no le funciona el plan aplicado por el riojano porque “no tiene reservas y está en peores condiciones. Está haciendo populismo pero para ricos repartiendo dólares como han hecho siempre los antiperonistas, mientras que el peronismo hace populismo para pobres y reparte pesos”, ironizó.
Después de los resultados
De la última reunión, calificada como “fructífera” por el presi, de la que participaron también Francos y Karina, anticipó que el encuentro prefiguraría un trabajo conjunto entre ambas fuerzas a partir del 27. ¿Habrá una real integración o alianza o le continuará otro destrato para el PRO que parece haber levantado el precio luego de ambas reuniones? En la Séptima son bastante optimistas, aunque tanto en Bolívar y en Olavarría el macrismo tienen mayores expectativas de trabajar juntos que la que tendrían en Azul en donde sobrevuela el fantasma de la ruptura, o casi.
Si bien los determinantes serían nacionales, en el HCD azuleño los concejales de LLA y del PRO podrían ser actores directos de lo que harían ambos bloques después de las elecciones. Y no se sabe si la dirigencia libertaria provincial colaboraría con esas ondas de amor y paz que Milei y Macri pretenden insuflar en una relación que nació muy mal, coqueteando casi con la ruptura.
En Fuerza Patria, también aguardarán los resultados del 26 de octubre para definir las relaciones internas del espacio entre La Cámpora (cristinismo), el Movimiento Derecho al Futuro (kicillofismo) y el Frente Renovador (massismo). Y en la otra coalición, “Provincias Unidas”, debe ocurrir algo similar. Los resultados de cada uno los posicionarán para el 2027, teniendo en cuenta que en ese año jugará un factor muy importante para todos los espacios, esto es, la vuelta de las PASO, que terminará poniendo las cosas en su lugar. Siempre y cuando se las tome en serio y se las conciba como herramientas de la democracia para dirimir diferencias.

