Cacho de Semana

Una ficha algo sucia, kicillofismo seccional, la unidad radical y sus planteos locales

Por Cacho Fernández

La Iglesia Católica ya eligió al successor de San Pedro. Se llama Robert Prevost y es medio yanqui y medio peruano. Su perfil es llamativo puesto que si bien nació en los Estados Unidos, pasó la tercera parte de su vida en Perú. Esto hace que ya se lo disputan entre ambos países y mandatarios/as que lo enarbolan como si fuese un ídolo deportivo.

Se trataría de un outsider o una persona casi tímida y bastante apacible para enfrentar los graves problemas del mundo y las grietas de las internas eclesiásticas. Muchas veces, “los aunques son porqués” decía Ernesto Sábato.  Efectivamente, son momentos que se requieren líderes racionales, moderados, equilibrados, sencillos y tranquilos y no gritones y patoteros de ideologías o posiciones extremas que encarnan modelos político-económicos tan desiguales.

No en vano se puso el nombre de León XIV. Su antecesor, León XIII fue el autor de la encíclica Rerum Novarum, la que propuso que los obreros se sindicalizaran para defender sus derechos castigados por el liberalismo en vigencia en los principales países. Fue la encíclica que atravesó medularmente la primera mitad del siglo Veinte, la que inauguró el compromiso social y político con la vida secular, la que humanizó al catolicismo, podría decirse y hasta llegó a exhortar a la defensa de los derechos humanos. Entonces, la elección de León XIV  puede representar una barrera al avance de la nueva derecha económica y política que incluye una fuerte crítica al avasallamiento de los derechos de los migrantes.

El nuevo Papa destacó la figura de Francisco, algo que puede ser por afinidad ideológica, pero también fue porque la Iglesia prioriza la continuidad. No en vano supo absorber la dura queja de Francisco de Asís en el siglo XIII al despliegue de lujos y riquezas que el santo le hizo y salió bastante bien parada de la ruptura que produjeron Martín Lutero y Juan Calvino dos siglos más tarde.

León XIV tiene ahora la misión de atenuar las grietas internas en el mismo seno clerical, entre conservadores y presuntamente progresistas. Debe tener un timing tremendo para las reformas que hasta ahora son solo declamatorias como el derecho al sacerdocio para la mujer, la incorporación de las ideologías de género y otras. Y para esos fines hace falta mucha racionalidad, timing político.

Por lo pronto, la buena noticia sería que el nuevo líder del Vaticano podría representar una nueva Rerum Novarum para limitar de alguna manera estos modelos anarco-capitalistas o neoliberales con algunos rasgos neofascistas que se vienen imponiendo en algunos países paradójicamente con el voto stockolmeado de sus futuras víctimas. ¿Es que las mayorías están buscando ser gobernados por patoteros intolerantes y ajustadores y no por líderes democráticos y tolerantes?. Sería angustiante y desalentador llegar a esa conclusión, mejor luchar para revertir esa presunta tendencia y continuar apostando a los sistemas republicanos y profundamente democráticos.

La ficha “limpia” tiene algunas manchas

Dicho esto, podría decirse además que internas y grietas hay en todas las estructuras, sean religiosas, económicas o políticas. Casi todas ellas funcionan casi como relaciones conyugales y las partes se pelean y se juntan para volver a pelearse en un proceso más o menos constante.

El país y la mayoría de los espacios políticos insisten en escalar los conflictos en vez de resolverlos. El Presidente MIlei pretende absorber al PRO y quedarse con todo el poder de la centro-derecha o simplemente derecha, y no se conforma con una coalición. Se quiere quedar con el macrismo y no duda en demostrar esa intención. Ahora, el contexto de esa tensión fue (y es) el tratamiento del proyecto de “ficha limpia” en el Senado y la supuesta mejicaneada de dos senadores misioneros que a último momento votaron en contra e hicieron caer el proyecto por un año más.

A punto de divorciarse
A punto de divorciarse

¿Quién le dio la orden a estos dos senadores para cambiar su voto? ¿El gobernador Rovira o Milei? Ambos se culpan recíprocamente. Digamos que el gobernador misionero culpa a MIlei o “al gobierno de Milei”, dicen que declaró públicamente. En tanto, el Presidente se empeña en desmentirlo y culpar de paso al PRO para estirar su lucha eterna contra Macri. Se sabe que el mileísmo se nutrió del votante desalentado por el kirchnerismo. Entonces, que Cristina Kirchner pueda ser candidata le podría convenir a “las fuerzas del cielo” para repetir su éxito electoral de hace dos años. Por lo tanto, ¿no le convendría subir a Cristina al ring en vez de dejarla fuera de la pelea? ¿Por qué el oficialismo impulsó el proyecto si la quería de candidata? En fin, todo parece demasiado maquiavélico pero, dicen los que saben, que así es la política y que en esa disciplina la ética es una intrusa demasiado molesta e incómoda.

Tapalqué y el kicillofismo seccional

Es posible que el macrismo o el PRO sea una cosa y sus dirigentes sean otra. Habrá quienes buscan honestamente una coalición y otros que ya se han dejado absorber o “comprar” como denunció el mismo Macri. Lo cierto es que existen dirigentes que rechazan de plano el estilo cuartelero y descalificador de algún mileismo y a la vez coinciden con su modelo económico. Del mismo modo que cierto peronismo ortodoxo rechazaba profundamente el estilo político de Cristina y otras conductas y apoyaban su modelo económico. “Nos quiere llevar a patadas al Paraíso”, solían decir.

El kirchnerismo/peronismo kicillofista, claramente enfrentado con el cristinismo/camporismo realiza este sábado un encuentro en Tapalqué para ir armando la Séptima. Porque si bien están tratando de atenuar la interna también pretenden mostrar su poderío para una futura negociación en el armado de listas que seguramente no será ni dulce ni tranquilo. Allí concurrieron, por ejemplo, militantes de “La Corriente” como Liliana Schwindt y Adriana Capuano, y peronistas como Sergio Milesi y el azuleño Pablo Puppio, por ejemplo. Habría que ver qué va a hacer el massismo de la Sección, si va a jugar con algunas de las facciones enfrentadas o cuidará presentarse como una posición autónoma y alternativa entre ambas. Sergio Massa tendría que evaluar quien le hace mejor a su imagen política, si Kicillof o Cristina y Máximo o preservar su independencia y su equidistancia con sendas posiciones. Es posible que ese sería el eje fundamental de su análisis. Ahora, el abuso de la conveniencia como móvil político suele ser una trampa o un dilema insoluble porque a veces no conviene ningún movimiento  como también en otras no conviene ninguno. Por eso, hay situaciones en las que “conviene” actuar en base a convicciones.

Radicales, inseguridad y emergencias

El radicalismo se encuentra hoy en un dilema con el oficialsimo similar al del PRO, aunque el centenario partido difiere con el mileísmo en la falta de humanidad  del ajuste y algunas medidas económicas contrarias a su trayectoria de expresión política del nacionalismo popular.

Luego de transitar algunas controversias internas llegó a la misma conclusión que la Iglesia, esto es, la unidad y apaciguar los ánimos. El comité baraja una medición local que le daría por ahora, dicen, “dos concejales más” en el Concejo. El radicalismo ha ido conformando una conducción compartida en la Provincia para elaborar propuestas unívocas y alternativas de los bandos fuertemente enfrentados como lo están el kirchnerismo y el mileísmo.  Y desde hace un tiempo viene pegando  hacia ambos lados: le cuestionan a Milei sus movimientos y su estilo y en lo local han expresado duros diagnósticos respecto de la inseguridad social del Partido (el Municipio insiste con una visión contraria) que incluye a toda la Provincia y atacó algunas decisiones del PAMI como ciertos acuerdos con el titular local en Salud por algunas intervenciones quirúrgicas en clínicas para acelerar algunos casos que no podría atender el Hospital Municipal y la decisión del PAMI central de modificar la prestación del servicio de Emergencias en donde se designó incomprensiblemente a una empresa marplatense que habría tercerizado el servicio contratando ambulancias de empresas locales que  anteriormente prestaban  el servicio de una manera directa. Una de ellas, EMO, puso el grito en el cielo y confesó  no entender esta  innecesaria la movida de Pami central, y no falta quien cree  oler algún tufillo a presunto negocio político.  “No tenemos nada que ver porque no lo decidimos desde Olavarría”, salió a aclarar rápidamente el titular de la oficina local, Guillermo Lascano.

El caso ya se está debatiendo en el bloque radical del HCD el que está preocupado por el sitio elegido por la empresa Samak, en Lavalle y San Martín, justo enfrente de un importante colegio. Los concejales aseguran que el lugar es sumamente riesgoso para los chicos si es que algún móvil debe salir en horas de entrada y salida del colegio con la celeridad con la cual se deben mover las ambulancias.