En noviembre, las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas registraron una variación interanual de -4,1% a precios constantes. En tanto, en la comparación mensual desestacionalizada, la variación fue de -9,1%. En lo que va del año, las ventas acumulan un incremento interanual del 3,4%.
Al analizar la situación económica actual de los comercios, el 54,2% de los encuestados reportó estabilidad en la comparación interanual. No obstante, un 37% señaló un deterioro en las condiciones, cifra que representa un incremento de cuatro puntos porcentuales respecto a octubre, revirtiendo parcialmente la mejora de percepción registrada el mes anterior.
En cuanto a las expectativas para el próximo año, el 48,6% proyectó un escenario de mejora, mientras que el 43,7% estimó que la situación se mantendrá invariable y sólo el 7,7% anticipó una evolución negativa. Por último, respecto al clima de inversión, el 60,1% evaluó el contexto actual como desfavorable para realizar desembolsos de capital, frente a un 14,6% que lo consideró oportuno y un 25,2% que no definió una postura.
Al desagregar los datos, se evidenció una dinámica similar: seis de los siete rubros relevados presentaron retracciones, siendo los descensos más agudos los de Perfumería (-17%), Bazar y Decoración (-9,7%) y Alimentos y Bebidas (-5,9%). En contrapartida, el único sector con un crecimiento interanual fue Farmacia, con una suba del 1,8%.
El cierre de noviembre consolidó un escenario de consumo dual, donde la restricción presupuestaria y el agotamiento de los límites de financiación profundizaron la brecha entre la demanda de bienes esenciales y los consumos postergables. La actividad operó bajo una lógica de transición, caracterizada por una fuerte cautela operativa que frenó las decisiones de inversión en el corto plazo ante la incertidumbre de los costos y la competencia.
No obstante, el dato distintivo radicó en el desacople entre la coyuntura actual y las expectativas: pese a la contracción de los márgenes y el deterioro en la percepción del presente, el sector comercial sostiene una proyección optimista para el próximo año, apostando a un reordenamiento de las variables que permita reactivar la demanda interna.

